viernes, 18 de julio de 2008

SURVIVAL: EL MOVIMIENTO POR LOS PUEBLOS INDÍGENAS




SURVIVAL: EL MOVIMIENTO POR LOS PUEBLOS INDÍGENAS es una "... organización internacional que apoya a los pueblos indígenas de todo el mundo. Fue fundada en 1969 tras la publicación de un artículo de Norman Lewis en el diario británico Sunday Times, en el que se exponían las masacres, el robo de tierras y el genocidio que se estaban produciendo en la Amazonia brasileña. Al igual que muchas de las atrocidades que se cometen hoy, la opresión racista de los indígenas de Brasil se llevaba a cabo en nombre del "crecimiento económico".

En la actualidad, Survival cuenta con simpatizantes en 82 países. Su trabajo de apoyo a los pueblos indígenas adopta tres facetas complementarias: trabajo educativo, de mediación y campañas. También ofrece a los propios indígenas una plataforma desde la que dirigirse al mundo. Colabora estrechamente con organizaciones indígenas locales, centrándose en aquellos pueblos que tienen más que perder, y que son normalmente los que han entrado más recientemente en contacto con el mundo exterior".

Más información en:

http://www.survival.es

Un manifiesto nacionalista




Por: JUAN CARLOS MORENO CABRERA

El manifiesto por la lengua común presentado el pasado mes de junio en Madrid comienza con la siguiente afirmación: “Todas las lenguas oficiales en el Estado son igualmente españolas […] sólo una de ellas es común a todos […] por tanto sólo una de ellas –el castellano– goza del deber constitucional de ser conocida”. Este enunciado contiene una contradicción que recorre de arriba abajo todo el manifiesto. Consiste en afirmar, por un lado, que todas las lenguas oficiales son igualmente españolas y, por otro, que sólo una de ellas goza del deber constitucional de ser conocida. Es decir, no todas las lenguas oficiales son igualmente españolas: una es mucho más española que las demás. No sólo esto; es que además se contradice de forma palmaria el segundo punto del comunicado. En efecto, a continuación se dice que “son los ciudadanos quienes tienen derechos lingüísticos, no los territorios ni mucho menos las lenguas mismas”. Si esto es así, entonces no debería haberse dicho en el punto primero que el castellano goza del deber constitucional de ser conocido, porque las lenguas no gozan de derecho o deber alguno. Aquí se percibe de forma cristalina el nacionalismo lingüístico castellanista imperante en el manifiesto: sólo son las demás lenguas españolas las que carecen de derechos; el castellano tiene todos los derechos del mundo.

Pero ¿sólo las personas individuales tienen derechos y deberes? Que se sepa, existe una entidad política denominada España, con un territorio bien definido y en el que hay una lengua oficial denominada español. Esa entidad se define, entre otras cosas, mediante el derecho a usar esa lengua en todo el territorio del Estado y en todos los organismos oficiales. ¿No está asociada España a derechos lingüísticos y territoriales? ¿No ha ejercido en más de una ocasión España, a través de sus representantes, el derecho a que el español sea reconocido en la Unión Europea como lengua oficial que es de un estado miembro?

En el punto tercero se dice “en las comunidades bilingües es un deseo encomiable aspirar a que todos los ciudadanos lleguen a conocer bien la lengua co oficial. Pero tal aspiración puede ser solamente estimulada, no impuesta”. Conocer la lengua oficial del Estado no es un deseo encomiable, sino un imperativo legal. Por eso, quienes trabajan en las instituciones del Estado están obligados a usar el castellano. Pues bien, si el catalán es oficial en Cataluña, quienes ejercen sus funciones en las instituciones catalanas deberían igualmente estar obligados a usar el catalán. Esta obligación está legalmente legitimada por el hecho de que el catalán es lengua oficial. Es una incoherencia evidente exigir que en Cataluña se hable y escriba en castellano porque es lengua oficial y no hacer lo mismo respecto del catalán, la otra lengua oficial o ¿es que la primera es más oficial que la segunda?

En el punto cuarto se afirma que el hecho de que las lenguas de las comunidades autónomas hayan dejado de estar prohibidas o restringidas es suficiente para el pleno cumplimento del apartado tres del artículo tercero de la Constitución. Pero lo que dice la ley es que las lenguas nacionales de las comunidades autónomas son oficiales y, por tanto, exigir esas lenguas a sus ciudadanos no es acto de discriminación respecto de la otra lengua oficial, el castellano. Lo que sí es un acto de discriminación es no exigir a todos los ciudadanos de las Comunidades sus lenguas nacionales, como lenguas oficiales de pleno derecho que son, o que deberían ser.

A continuación, se hace una serie de solicitudes al Parlamento español. La segunda de ellas consiste en la petición de que “las lenguas cooficiales autonómicas deben figurar en los planes de estudio […] pero nunca como lengua vehicular exclusiva”. Esto equivale a pedir, por ejemplo, que en Cataluña ha de exigirse por ley que no se enseñe en catalán. Pero ¿cómo se puede conciliar esto con la idea de que el catalán es lengua oficial de Cataluña? Creo que no hay manera sensata de hacerlo.
En el punto tercero se insiste en la idea de que no todos los funcionarios de las comunidades cutónomas tienen que conocer la lengua oficial de su comunidad. Esto vuelve a entrar en contradicción con su carácter oficial. ¿Es posible ser funcionario de la Administración del Estado sin conocer el español? Si esto no es posible ¿por qué habría de serlo que un funcionario de la Generalitat no sepa catalán?

En conclusión, lo que parece pedirse en este manifiesto es que las lenguas de las diversas comunidades cutónomas dejen de ser de facto oficiales en ellas para volver a una situación en la que el castellano sea la única lengua realmente oficial en todo el territorio del Estado español.

Estamos, pues, ante un manifiesto a favor de la supremacía y dominio absolutos de la lengua española sobre todos los demás idiomas de España. Por esa razón, es un claro exponente de la ideología del nacionalismo lingüístico español en una de sus formas más radicales y megalómanas. Según esta ideología, el español, lengua oficial del Estado, es superior en algunos aspectos a la práctica totalidad de las lenguas del mundo. En el preámbulo del manifiesto se menciona que sólo hay dos lenguas con mayor pujanza que el español (el chino y el inglés) y que esta lengua se asocia por derecho propio a la comunicación democrática y a los derechos educativos y cívicos. Con premisas como estas no es de extrañar la actitud altanera e intolerante que informa el manifiesto en todos sus puntos.

Juan Carlos Moreno Cabrera es catedrático de Lingüística General en la UAM y autor de El nacionalismo lingüístico. Una ideología destructiva

FUENTE:http://blogs.publico.es/dominiopublico/628/un-manifiesto-nacionalista/
Ilustración de Gallardo

«No hay lenguas fáciles ni difíciles, todas son absolutamente iguales»



JUAN CARLOS MORENO CABRERA

CATEDRÁTICO DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

«No hay lenguas fáciles ni difíciles, todas son absolutamente iguales»
El lingüista inauguró ayer en Bilbao el curso académico de euskaldunización de adultos organizado por HABE

El lingüista madrileño es el primer castellanoparlante que abre el curso de euskaldunización de adultos.

Moreno Cabrera se ríe cuando se le recuerda que es el primer experto no vascoparlante que abre el curso de euskaldunización de adultos.

-'Del bilingüismo pasivo al activo', reto tan atractivo como complejo.

-Pues sí. Como todos los conceptos que tienen que ver con los usos de las lenguas, el problema del bilingüismo es que está 'contaminado' políticamente.

-¿En qué sentido?

-No se entiende igual en Madrid que aquí. Desde una perspectiva que llamo yo 'nacionalista de Estado', se considera que la promoción de la lengua dominante contribuye al entendimiento común, al progreso y a la igualdad, mientras que la difusión de la lengua dominada conduce a la división, al retroceso y a la desigualdad.

-La lengua como confrontación.

-La visión del bilingüismo preponderante en Madrid entiende que la lengua dominante (castellano) debe ser obligatoria. Sin embargo, si a alguien se le ocurre decir que el euskera, catalán o gallego tendrían que ser obligatorios en Euskadi, Cataluña y Galicia, muchos protestarán.

-En medio de ese ambiente, ¿el bilingüismo resulta una tarea aún más difícil para los adultos?

-Es evidente que el niño aprende las lenguas que se hablan en su entorno con aparente espontaneidad y que el adulto debe hacer un esfuerzo mucho mayor. Es así, pero sólo desde el uso activo de la lengua. Porque desde el punto de vista de la comprensión esa capacidad de niño la mantenemos de mayores y ¿cómo se demuestra?

-¿Cómo?

-Viendo la cantidad de formas de hablar distintas que podemos entender. El castellano tiene centenares de variedades. Si vamos a Colombia, no tenemos que ir a clase de 'colombiano'.

-Pero hablamos del euskera, que no es una lengua cualquiera.

-Sí que lo es. Como cualquier otra del mundo.

-Histórica y bella, pero de difícil aprendizaje.

-¿No existen lenguas fáciles y difíciles! Es otro de los grandes mitos...

-No es el caso del catalán.

-No, no. ¿Evidentemente!

-Que se oye y ya se chapurrea.

-Sí, claro. Pero aquí...

-Cualquier ciudadano de cualquier punto de España puede...

-Si el catalán se aprende desde el castellano, es una lengua muy fácil. En cambio, para un neerlandés o alemán es dificilísimo y le cuesta tanto trabajo o más que el castellano. Las lenguas no son difíciles o fáciles en sí mismas. Son absolutamente iguales. Lo que sí podemos decir es que el euskera no está relacionado genéticamente ni con el castellano ni con ninguna otra. Lo que no impide que en el euskera existan rasgos que la hacen una lengua muy asimilable a las nuestras. ¿Por qué?

Los vascos y el latín

-Explíquese.

-Por algo que mucha gente ignora y debería saber. Cuando todavía no existía el castellano, los vascos oían hablar en latín. El euskera tiene un componente léxico que procede directamente del latín. Tomó muchísimas palabras. Con el latín como nexo, existe una afinidad que hace que el euskera y el castellano sean más próximos de lo que se cree.

-¿El latín como eje de unión?

-Para que una lengua sobreviva lo fundamental no es que haya una ley que diga que hay que hablarla, aunque es fundamental. Basta ver el ejemplo de Irlanda. El gaélico irlandés es una de las dos lenguas oficiales y, sin embargo, está en peligro de extinción.

-Afortunadamente no es el caso del euskera, pero no deja de ser curioso que mucha gente lo sepa y luego no lo hable.

-La generalización del entendimiento pasivo del euskera es un paso interesante para que adquiera una mayor presencia y frecuencia. Si el euskaldun ve que le van a entender es más probable que utilice el euskera que si sabe que no le van a comprender.

-¿El idioma no se erige a veces en una obsesión política nacionalista?

-Sí. Y el caso más claro es el castellano. Existe una campaña de utilización política del castellano 'a-ni-vel mun-dial'.

-Es el instrumento que comunica a cientos de millones de personas.

-Se nos quiere llevar al convencimiento de que el castellano está asociado a la riqueza económica.

-Uno se puede mover por Nueva York sin necesidad de usar el inglés.

-Sí, y el euskera permite hablar también en Vizcaya y Guipúzcoa, e incluso en Francia también.

-¿Cómo se ve desde fuera la evolución del euskera?

-Con los prejuicios que hay en Madrid, muchos lo consideran una lengua que divide a los españoles. Yo creo todo lo contrario. Une porque no hay lengua que divida. El euskera es un idioma europeo y moderno cuyo aprendizaje nos da unas señas de identidad fundamentales.

-Con la mitad de lenguas en peligro de extinción, ¿merece la pena realizar esfuerzos ímprobos por garantizar la supervivencia de idiomas que habla poquísima gente?

-Sí. Es tan importante una comunidad de 300 personas como una sociedad de 200 millones. La pérdida de una lengua milenaria nos empobrece a todos.

-¿Cuál es el idioma más bonito?

-En cuestiones de gusto... De las lenguas que conozco, que son pocas, porque hay 6.000 y comprenderá que no conozco las 6.000...

-¿Cuántas conoce?

-Depende de lo que entienda por hablar. Ja, ja. Veo todos los días las noticias en una antena parabólica en unos quince idiomas.

-¿En qué idioma sueña?

-Suelo soñar en mi lengua nativa, alguna vez he soñado en inglés, también en euskera y hasta en ruso.

FUENTE:www.elcorreodigital.com